Es muy común cuando pasamos tiempo en redes sociales encontrar publicaciones basadas en conversaciones privadas, por ejemplo, capturas de whatsapp; sin embargo, no siempre lo común es legal y podríamos llegar a tener problemas éticos y legales con estas acciones.

La constitución española incluye diversos artículos que regulan el derecho al honor, a la intimidad y a la imagen, además garantiza privacidad total en cuanto a las comunicaciones telefónicas, postales y digitales, por lo que publicar conversaciones puede ser considerado un delito ético y legal con una amplia gama de consecuencias y sanciones.

Por lo general, la gravedad de este tipo de delitos puede variar significativamente, ya que si las publicaciones relacionadas a una conversación privada afectan la imagen pública de una persona, el perjudicado tiene la opción presentar una denuncia por difamación ante las autoridades pertinentes, lo que puede acarrear numerosas complicaciones judiciales.

Es importante mencionar que publicar conversaciones en redes sociales sin el consentimiento o conocimiento de las demás personas involucradas, es habitualmente considerado como un comportamiento reprochable, por perjudicar su honor, así que las partes afectadas también pueden solicitar una indemnización cuando el contenido es de carácter íntimo.

En caso de que el acusado por divulgar cualquier información sin consentimiento o conocimiento de las personas involucradas no forme parte de la conversación publicada, el delito será mucho más grave, ya que las causas serán descubrimiento y revelación de secretos personales, lo cual está estipulado en el artículo 197 del código penal español.

También, se considera como descubrimiento y revelación cualquier divulgación relacionada a la vida privada de otras personas o sus familiares, especialmente si perjudican su reputación y su credibilidad, lo que incluye la publicación de cartas, correos electrónicos e incluso escritos personales, como diarios y testamentos.

Cabe destacar que los delitos anteriormente mencionados incluso pueden acarrear sanciones penales, cuando los afectados son menores de edad, la información divulgada está relacionada con las preferencias sexuales de una persona o ponen en duda directamente su imagen pública y moral, así que es fundamental no publicar ni compartir ningún tipo de conversaciones.