Construir la imagen de una marca no es un proceso sencillo e implica diversas etapas, se trata tanto de crear el respectivo logotipo como toda su identidad visual, aquello que la representa frente al público y por lo cual, puede identificarla. La complejidad de realizar un buen diseño también está asociada a diversos elementos o factores.

Entre ellos el tamaño de la empresa o marca, los mercados en los cuales se desenvuelve y si estos son a nivel local, nacional o incluso internacional. Es decir, para poder hacer un buen diseño es fundamental considerar diversos aspectos, así como llevar a cabo procesos de investigación.

El proceso de gestión para un buen diseño

Para realizar un buen diseño el primer paso es conversar con el cliente sobre sus objetivos y necesidades, qué es lo que desea para la identidad de su empresa o marca. A partir de allí es fundamental sintetizar la información para llevarla al diseño.

Seguidamente, se debe llevar a cabo la investigación. Luego de escuchar al cliente con atención, conviene hacer todas las preguntas posibles para obtener por completo todos los detalles necesarios para realizar el diseño. Detalles que el cliente pudo haber pasado por alto o tal vez no dejó totalmente claras.

Como siguiente paso, una lluvia de ideas. A partir de la información obtenida, surgen símbolos, formas y textos, es el momento de dibujar y plasmar el boceto inicial, todo logo comienza con un borrador en papel. Después viene la conceptualización y producción, aquí comienza el uso de las herramientas digitales, agregando colores y más detalles, logrando uno o varios diseños.

Luego, es momento de presentar al cliente los posibles diseños para que haga sus comentarios y luego realizar los cambios necesarios, para crear el diseño definitivo y realizar la entrega final. Sin duda, la complejidad de realizar un buen diseño es enorme, pero de él depende parte del éxito de cualquier marca.